Catalogada como pandemia social, la violencia por condición de género, no sólo afecta a las mujeres sino a todas las personas, alrededor de esta manifestación de agresión, que causa una pérdida de humanidad en cada acto de discriminación hacia el sexo femenino. Sin embargo; afrontando la problemática correctamente se puede transformar estas formas de relación fomentadas por un sistema que valida la desigualdad de poder entre mujeres y hombres.
La Fiscalía de Sección de la Mujer del Ministerio Público (MP) de enero a noviembre, de este año, contabilizó un total de 665 sentencias condenatorias, por los delitos de violencia contra la mujer, en su manifestación física, psicológica y económica, así como por violación y agresión sexual.
Esta Fiscalía especializada en temas de delitos contra las mujeres y menores de edad, también logró condenas por el delito de maltrato contra personas menores de edad.
Además, durante el mismo lapso se presentaron dos mil acusaciones por los delitos tipificados en el Código Penal guatemalteco, así como la Ley Contra la Violencia Sexual, Explotación y Trata de Personas, Decreto 9-2009, y la Ley Contra el Femicidio y Otras Formas de Violencia contra la Mujer, Decreto 22-2008.
En ese ámbito, se registraron de enero a noviembre de este año un total de 226 criterios de oportunidad, 53 sobreseimientos y 35 clausuras provisionales.
Los más denunciados
Los delitos cometidos contra las mujeres son los más denunciados en el Ministerio Público. Las cifras son alarmantes, en los primeros 10 meses del año se reportó un total de 49 mil 680 denuncias por el delito de violencia contra la mujer.
La Ley Contra el Femicidio y otras Formas de Violencia Contra la Mujer, busca garantizar la vida, la libertad, la integridad, la dignidad, la protección e igualdad de todas las mujeres ante la ley.
Además, su finalidad es la erradicación de la violencia física, psicológica, sexual, económica o cualquier tipo de coacción para garantizar una vida libre de violencia a las mujeres.
Círculo de la violencia contra la mujer
1. Fase de acumulación de tensión
ÉL: Está enojado y acumula tensión, sin motivo alguno. Le grita, se burla de usted, la ridiculiza y la humilla.
USTED: Siente miedo, inseguridad, se niega a entender lo que le pasa, y se pregunta ¿qué habré hecho para que él me trate así? pero justifica sus agresiones. Se convence que ésta situación pasará, que hay una salida y que cambiará. Por momentos se siente ansiosa, culpable, de mal humor y sin energía.
2. Fase de explosión o incidente agudo
Él: Descarga su enojo con golpes, empujones, pellizcos o palabras groseras.
USTED: Sufre golpes, maltrato, dolor, impotencia, inseguridad, desconfianza, confusión y miedo. Él le provoca angustia y crisis emocional durante las primeras 24 horas, lo que la hace buscar ayuda. Se distancia de él o se va de su casa. En algunas ocasiones, le cura las lesiones o la lleva al hospital; y usted y él reportan el hecho como un accidente.
3. Fase de tregua amorosa o “luna de miel”
Después de los golpes viene un periodo de calma, se suspende la violencia.
Él: Es muy cariñoso, le pide perdón, se muestra arrepentido, le promete que cambiará y que no volverá a pasar. La recompensa de distinta manera por el daño que le causó.
USTED: Está confundida, no sabe si es real o un sueño, siente culpa, pena, pero también ilusión de volver con él y se culpa de lo que le pasa. Es importante que sepa, que la situación de violencia que vive, no es su culpa y hay una salida.
¡Usted puede salir del círculo de la violencia, estamos para apoyarla, es nuestra obligación!
¡No más violencia contra las mujeres!
Ministerio Público, trabajando por la verdad y la justicia
Guatemala, 19 de diciembre de 2015.